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Profundización y contextualización de la cuarta característica de la misión claretiana: “enviados a evangelizar y escuchar a los pobres” 

 

Significado inicial

Para un servidor, como para cualquier Claretiano, debe significar conjugadamente: a) lo que carismática e institucionalmente dicten hoy las Constituciones y el Directorio General; b) y lo que, también hoy, privilegie y oriente el Magisterio supremo pontificio de la Iglesia a cuyas vidas y santidad permanecemos coesencialmente con los Obispos y los Clérigos, los 3 bajo el mismo Papa, y que precisamente ha aprobado las Constituciones como nuestro libro fundamental de vida y misión.

Ello, a la luz revelada y con el corazón sobre las dos por algunos olvidadas o no sabidas primera y segunda obra de misericordia (más suave, povericordia) espirituales del Catecismo, las cuales imponen: 1) aconsejar a los pobres que dudan, obviamente de su fe, de su esperanza y de su caridad; 2) y enseñar a los no menos pobres ignorantes de lo que tenían derecho  y obligación de saber para su mejor y más cualificada vida y conducta cristianas de creyentes, esperanzados y amorosos.

Ello, asimismo e integrativamente, a la igual luz revelada e incordiante de los olvidados (por Claretianos también) cuatro de los 7 dones del Espíritu Santo, los cuales exigen la posesión previa a la transmisión auténtica: de la sabiduría, de la inteligencia, del consejo y de la ciencia, en cuanto dones espirituales y sobrenaturales que deben correr y navegar armónicamente con los otros 3 que faltan para los famosos 7, e que son, la fortaleza, la piedad y el temor de Dios.

 

Orden interno del doble significado

¿Evangelizar y Escuchar? No, señor: Escuchar y Evangelizar, por este orden sucesivo: escuchar primero lo que y a quiénes hay que evangelizar y, a continuación, evangelizar atinada y oportunamente a quienes y a los que previamente se ha escuchado y con lo aprendido de los Magisterios supremos pontificio y carismático propio de los Claretianos.

Por consiguiente, escuchemos proemialmente primero lo que está enseñando hoy Papa Francisco y, a continuación, lo que específicamente y solo a nosotros Claretianos nos dictan las Constituciones, el Directorio y la historia nuestra desde los mismos orígenes hasta el día de hoy.

 

Hay que oler a oveja, pero también a biblioteca  

El Papa, a todos los consagrados ha repetido más de tres veces que “hay que oler más a oveja, pero también a Biblioteca”. Es un refrán castellano y español que ya se le había podido oír cuando era Provincial S.I. de la Provincia jesuítica de Córdoba – Argentina y, más todavía, cuando era Arzobispo de Buenos Aires, curiosamente la ciudad portuaria y marítima más poblada de hombres y de pesca del planeta; más que curiosamente, todavía, un refrán convertido en orientación normativa por un JESUITA MIEMBRO DE LA MULTINACIONAL CULTURAL de religiosos más rica y potente del planeta; y, más que curiosamente, enfien, por quien había consentido y deseado que la Editorial Claretiana de Buenos Aires le publicara en forma de libros sus homilías, sermones, conversaciones…, escritos y no escritos.

 

1. Hay que oler más a oveja

Dicho y repetido por el Pastor supremo, quedémonos parcialmente contentos con la comprensión del significado contextual siguiente: pastoralmente, los ministros clérigos y consagrados deben acercarse mucho más a los fieles para mejor pastorearles, o sea, para mejor servirles ministerialmente, por la sencilla razón de que es pobre y pobreza el no saber dónde hacer bien; pero inmediatamente y en +intima conexión, porque es precisamente en los libros –en algunos libros– donde se encontrarán las formulas mejores para saber apacentar a la pobre oveja ignorante y dubitante, binomio adjetivado que, en la terminología y vocabulario agrarios, se pronuncia modorra y atolondrada.

Proporciono seguidamente 7 breves refranes para ayudar a entender mejor el axioma pontificio: “Ovejita de Dios, el diablo te trasquile”, “Ovejas bobas, por do va una van todas”, “Ovejitas tiene el cielo, o son de agua o son de viento”, “Oveja de casta, pasto de gracia, hijo de casa”, “Ovejas y Abejas en tus dehesas”, “Oveja chiquita, cada año es corderita”, “Ovejas y Abejas y Lentejas, todas son Consejas”.

Hoy, como siempre, si se desea, y como debe ser, buen pastor (supuesto que “oler a oveja y oler bien” es el afecto irrevocable de a ver sido y de ser buen pastor), hay que seguir oliendo bien a oveja, porque se puede oler muy mal, como muy mal huelen las ovejas modorras que no han sido limpiadas por el pastor, obviamente porque no saben limpiarse solas.

 

2. Hay que oler más a biblioteca  

Para todo ser humano, “el Paraíso es inimaginable sin libros” porque “en los libros están las páginas del cielo”. Estos son los dos slogans publicitarios últimos de las dos Ferias Internacionales del Libro más conocidas y difundidas, la de Barcelona y la de Frankfurt. La “gente del libro” motearon indicativa, certera y despectivamente a nuestros antepasados judíos; aludían obviamente a la Biblia, la cual suma 72 Libros distintos.

Una Biblioteca, pues, es el lugar que opera el prodigio de recoger, como actuales, las voces y los pensamientos de hombres y mujeres de todos los tiempos y de todos los lugares; y, también, el milagro de revelar al Verbo de Dios con palabras y no con imágenes mudas.

 

3. Oler a biblioteca según nuestro carisma, nuestra historia y nuestro derecho propio de Claretianos  

Ningún Claretiano deberá olvidar –si antes lo ha sabido obviamente– que nuestro santo Fundador, entre libros propios, en colaboración y por él mismo editados, llegó y llega hoy a la cantidad friolera de 124-125 (ciento veinticuatro), conjugada con los más de 12.000 sermones que llegó a predicar personalmente. Son cantidades estratosféricas e inigualables, pero también deben seguir siendo punto carismático de referencia de todo Claretiano.

Ningún Claretiano debería olvidar – obviamente si lo sabía en precedencia– que la señora Biblioteca que hay que tener y usar meticulosamente en cada casa y comunidad, aparece impuesta implacablemente en todas nuestras Constituciones (primeras, de 1924, de 1952, de 1976 y de 1986 hoy en vigor) y correlativos Directorios Generales que ha tenido hasta hoy en nuestra Congregación.

Ningún Claretiano debería olvidar que, sumando Bibliotecas a Editoriales, Coculsa fue la mejor de España y América durante el siglo pasado. La más nutrida Biblioteca y la más potente Editorial Claretianas de América Latina están, respectivamente, en Córdoba y en Buenos Aires. La mejor y más rica Biblioteca eclesiástica y jurídica del mundo, pegada a la Editorial CpRM/Ediurcla (esta con sus 250 volúmenes propios y las anualidades de más de 600 revistas intercambiadas, con más de 11.000 volúmenes), está en Roma donde todos sabemos, advirtiendo que, por derecho, hay que entender romano, canónico, civil, internacional y que el canónico tiene irrevocablemente como fundamento perene, la Biblia, la Teología, la Moral, la Liturgia, la Pastoral…

Ningún Claretiano debería olvidar que nuestra plegaria secular, constante y hoy en vigor, para la apertura de toda reunión comunitaria, es: “No consientas, Señor, que lesionemos la justicia ni que la ignorancia nos haga descarriar de Tus Pasos y Camino”.

 

Domingo Andrés Gutiérrez, CMF | Istituto Giuridico Claretiano - Roma | abril 2019 

 

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MY EXPERIENCE OF MISSIONARY WITNESS IN WORKING WITH THE SPECIAL COMMUNITY IN SRI LANKA

It is a joy and my pleasure to share my missionary experience and witness with you all as a claretian missionary. I am Thevaraj Peiris, a Claretian missionary from Sri Lanka. After 8 years of missionary and pastoral experiences with the people in the peripheries, I am doing my specialization in Sacred Scripture in Rome now. I prefer to share my missionary experience in a parish with the gypsis community. We were invited by the bishop of Batticaloa, one of the dioceses in the eastern part of Sri Lanka to take care of the pastoral need of this special people (Gypsis community settled now) in the parish of Algambay which is situated  close to  a jungle. These people are very poor and very innocent but very rich and very generous in giving their life for the church and missionaries. Trusting only in God’s providence and protection of our blessed mother I began my mission with love burning for Christ and these people. It was a very hard, difficult, and dangerous beginning. There are thousands of elephants come every day into the village and danger of snake biting. We began the life from almost zero with very limited facilities.

It was a blessing to work with my Claretian companion Fr. Rohan Peiris CMF. Though we were only two a very small community we experienced the fraternal love in our community and showed an example to the people in our way of life. I always remembered what Fr. Calistus Joseph, our Provincial of German Province said in his first visit to our community. My sons remember you are here for the people and let your presence be a presence of the symbol of God. Let this poor and broken people see God’s presence in all your actions…we tried our best to be the symbol of God’s presence with all our humanness and limitations.

I can never forget the hands of God that was helping me through these people in construction a church for God and this people. The church is the heart of their life. They contributed generously their labour, money and life even in their utter poverty. I spent my time and life always with the people in doing everything with them and   became one with their life. I never regretted and felt difficult to be in this hard mission but every time I come to my sleep in the night, I cherish and experience joy and peace within me. I used to remember the saying of our Holy Father Pope France… Christian peace always come with the cross.

Last two years I worked with these poor, marginalized, innocent people of the periphery are the most beautiful and joyful time in my missionary journey. It was very hard to leave them and to be separated from their love. The farewell was like a funeral of someone in his or her own house. The whole community cried for my leaving. Sometimes I felt as life completes and had the feeling of the worth of life in dying for others. What a beautiful and satisfying missionary experience… an experience of heaven on earth in sacrificing our life for other... This is what Jesus says in the Gospel of Mark 8: 35. For whoever wishes to save his soul, will destroy or perish it but whoever will destroy his soul for my sake and for the sake of the gospel, will save it. The Greek verb used here is not simply to loose ἀπολυω apoluw but ἀπόλλυμι apolummi… will destroy or perish… the Greek noun used here is psuche…which means not only soul but the whole life or self for my sake and for the sake of the gospel… will save it… for the sake of the gospel… What is this Gospel? There is only one value in the gospel that is THE PEOPLE.  THE PEOPLE ARE THE ONLY VALUE IN THE GOSPEL. PEOPLE ARE MORE IMPORTANT THAN MONEY, POWER, PRESTIGE, POSITIONS… IF WE DESTROY OUR LIFE FOR THIS SAKE OF THE PEOPLE WHICH IS THE GOSPLE, WE WILL SAVE OUR LIFE AND SOUL. THIS IS WHAT THAT CAN MAKE US JOYFUL MISSIONARIES WITH THE SYMPOL OF GOD’S PRESENCE WITH OUR CLARETIAN MISSIONARY IDENTITY. ___ Thevaraj Peiris, CMF [Specialization in Rome | From Sri Lanka]

 

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"¡Somos misioneros! La Misión pertenece a nuestra identidad más profunda". | "We are missionaries! The Mission belongs to the core of our most fundamental identity".

MS 1 (Cf. CC 2; Dir 26.)

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